La Festa da Istoria recrea los mejores tiempos de la convivencia entre cristianos y judíos en España

La Festa da Istoria: Una celebración en Ribadavia, Galicia, que quiere ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional

Ribadavia, que llegó a ser capital del reino de Galicia en tiempos del rey Don García que estableció allí su corte hacia 1065, tenía por entonces una larga historia detrás. Celtas, romanos, árabes y finalmente cristianos y también hebreos que se sintieron atraídos por estas tierras, en buena parte por algo que todavía hoy sigue siendo una de sus mejores cualidades: la comercialización exitosa del vino Ribeiro, que entonces como ahora se definía por sus cuatro virtudes: vigor, olor, color y sabor. Fortalezas, castillos, casas señoriales y monasterios recuerdan la época de mayor esplendor, en plena Edad Media, cuando la convivencia –y los buenos negocios– entre cristianos y judíos dio riqueza a la región.

Durante varios siglos cristianos y judíos vivieron en armonía en Ribadavia —«burgo in rippa Avie», la ciudad a orillas del Avia—, incluso lucharon juntos para defenderla durante la invasión de la villa por los soldados ingleses del duque de Lancaster a finales del siglo XIV. Los habitantes de la judería mostraron especial tenacidad en la defensa de las murallas de Magdalena y Porta Nova, aunque sus hogares fueron arrasados por parte de las tropas extranjeras. Esta convivencia llegó a su fin con la promulgación, en 1492, del edicto de Granada por parte de los reyes Isabel y Fernando, que obligaba a los judíos a elegir entre la conversión al cristianismo o el exilio. La mayoría optó por convertirse, aunque algunos aún escaparon a Portugal.

De aquellos tiempos se conserva en Ribadavia, Galicia, la judería, declarada Monumento Nacional, que forma parte de la Red de Juderías de España, integrada por una veintena de ciudades que mantienen en plena forma los barrios que habitaron los sefardíes. La vieja judería conserva ese entramado laberíntico que la caracteriza, en torno a la Plaza Mayor, la Porta Nova, la Praza da Magdalenala y la antigua Rúa de Xudería que después pasó a llamarse de la Cruz, y hoy es la rúa Merelles Caula, que guarda un inconfundible aspecto medieval y fue el centro de la judería y el Pazo de los Condes de Ribadavia, un hermoso edificio de los siglos XVII y XVIII que acoge el Centro de Información Judía de Galicia. Un conjunto de callejuelas estrechas de aires medievales llenas de detalles que recuerdan donde estamos: estrellas de David esculpidas en fachadas, menoráhs, letras en hebreo… y costumbres milenarias. Incluso alguna pastelería sigue elaborando dulces hebreos con antiguas recetas.

Una fiesta con 30 años de historia

Pero sin duda lo que mejor recuerda aquellos tiempos de convivencia y armonía es La Festa da Istoria, una celebración en el último sábado de agosto desde hace más de treinta años, una de las fiestas históricas más antiguas de Galicia. Es una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional que aspira a ser Internacional, y también miembro fundador de la Federación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, perteneciendo en la actualidad también a la Federación Europea de Fiestas Históricas. Durante el fin de semana el centro histórico se transforma en el escenario de esta fiesta singular que reconstruye el ambiente judío del medievo. Esta extraordinaria celebración, conocida ya en el año 1693, tiene un gran poder de convocatoria y cuenta con la participación de la mayoría de los ciudadanos. La gente se disfraza con ropajes antiguos, los caballeros y titiriteros se pasean por las calles, se recrea una boda judía, y los maestros artesanos ofrecen sus obras en el mercadillo, para intentar recrear el ambiente que se debía vivir en aquella época. Entre los objetivos básicos de esta fiesta se encuentran la recuperación de tradiciones ancestrales e históricas, que formaron parte de su historia y de la comarca.

La organización es muy completa, con diversos actos multitudinarios que recrean el ambiente de hace seis siglos. El primero de ellos es el Desfile, acto inicial de La Festa da Istoria, y la actividad más espectacular y multitudinaria. Ordenadamente, acompañan al “Rey” sus caballeros a caballo, el cetrero mayor y el paje portador de la espada. La Reina marcha unos pasos detrás acompañada de sus doncellas y mujeres importantes del reino. Tras la Reina, el Adelantado Mayor del Reino da Galicia, también Señor de Ribadavia, que aparece acompañado de sus caballeros a pie, la representación eclesiástica va encabezada por el Obispo de Tui, diferentes ordenes religiosas y demás miembros de la iglesia. Posición destacada tienen los Notables de la Istoria, miembros del gobierno de la Villa, y los defensores (soldados y arqueros) de la fortaleza de Ribadavia y sus murallas. Acompañan a la comitiva los cetreros, las piezas del ajedrez, los saltimbanquis, los malabaristas, los distintos grupos de animación de calles y el pueblo que cierra el desfile. El recorrido se realiza por la calle principal de la villa, y finaliza en el Castillo de los Sarmiento, donde el Rey, la Reina y el Adelantado Mayor del Reino de Galicia tienen sus tronos preparados para dar comienzo a los actos de la Istoria.

Otros actos entre los más vistosos son los torneos medievales, que surgieron hacia el año 1060, son contiendas entre grupos de nobles y caballeros formando dos pequeños ejércitos y en los que se podían conseguir grandes fortunas o quedar totalmente arruinados, la recreación en Ribadavia destaca por su vistosidad y colorido.

Representaciones teatrales

Dos obras se representan alternativamente en la Istoria, en el espacio del auditorio, “O Malsín”, y la “Endiañada”, cualquiera de ellas es una parte real de la historia del Ribeiro y de su capital, Ribadavia.

En el “Malsín”, se representa una historia sucedida con la Inquisición cuando un vecino denunció a su familia, incluida su madre, por judaizantes, lo que hizo intervenir a la Inquisición, que después de diversos sumarios condenó a ocho vecinos. Posteriormente pudo comprobarse la falsedad de los testigos, por lo que el pueblo mató al acusador y la Inquisición lo declaró hereje, siendo desenterrados sus huesos y quemados.

La obra “A endiañada”, cuenta otra parte de la historia de cuando el Señor de Ribadavia fue preso por Pedro Madruga y su esposa quiso formar un ejército para liberarlo, a lo que se negó el pueblo. Eso hizo que subieran los impuestos y el merino, de acuerdo con la condesa encadenó a prohombres de la Vila incluido entre ellos, el alcalde de Ribadavia, lo que provocó un levantamiento del pueblo, que apresó a la condesa y al merino, arrastrándolos por las calles hasta su muerte, reponiendo de nuevo al alcalde como primera autoridad.

Otras celebraciones tienen un carácter más festivo, como el tiro con arco, el ajedrez viviente protagonizado por niños y niñas tocados con una capucha de su color que a medida que son “comidos” son sacados del tablero en unas angarillas de madera, o la Carreira que consiste en empujar un tonel en equipos de tres desde la parte baja de la Vila hasta la meta situada en la entrada a la Praza Maior y dónde se encuentra el Castelo dos Sarmiento. Muy espectacular es Dentro de la Festa da Istoria de Ribadavia, la actividad de cetrería es la exhibición de cetrería en la que participan halcones, águilas, azores y búhos reales.

Durante la fiesta se realizan numerosos actos de promoción de oficios artesanales o desaparecidos, exposiciones de objetos medievales, así como otras actividades relacionadas con la época medieval, muchos de ellos especialmente centrados en los niños.

Naturalmente en una fiesta como esta y en una tierra que presume de su Ribeiro, no puede faltar la gastronomía y los buenos vinos. Por toda la villa, se presentan las llamadas bodegas de disfrute donde se bebe, claro, pero también comen, beben, dialogan, cantan y establecen amistad los vecinos y los visitantes que gozan de un espacio singular y diferenciado y también numeoros puestos de comidas y de dulces de origen hebreo. En la vieja iglesia sin culto de la Madalena, se celebra una Comida Medieval en la que no faltan productos y manjares de contrastado consumo medieval como empanadas, peces de río, anguilas y lampreas, carnes de cerdo y chorizos, costillas, cabrito y ternera, seguidos de postres varios en los que se mezclan tartas de castañas y nueces con miel, almendrados y mazapán con frutas, melindres o requesón. Todo bajo la musicalidad proporcionada por los caldos elaborados con uvas torrontés, treixadura, loureira, lado y albariño para los vinos blancos o por los tintos ofrendados por el sousón, el brancellau y el caíño. Los licores de frutas y los aguardientes conjuran la indigestión y dan solaz a la juntanza invitando a terminar la saludable reunión con sonrisas, palabras y cantos. Este es el único acto que tiene, lógicamente, un coste que, como todo en estos días, hay que pagar en la moneda de uso durante la Festa, el maravedí, de uso obligatorio en los puestos de calle y de artesanos de la Festa. Cada año se imprimen maravedies en siete valores.

Una boda judía

Tal vez el acto central de esta convivencia entre cristianos y judíos en Ribadavia es la Boda Judía. La ceremonia se efectuaba debajo de un palio llamado Jupá. El oficiante, generalmente un rabino, era quien casaba a la pareja. Después de la ceremonia el novio rompía con los pies la copa del vino, mostrando su alegría por el casamiento. Dentro de la Festa da Istoria de Ribadavia, la boda judía se limita a hacer una representación de lo que en realidad fue. Esta actividad es seguida por cientos de personas, tanto en la ceremonia como en su recorrido por las calles del casco histórico, debido a la singularidad del vestuario y a los cánticos sefardís que recrean el ambiente de aquella época.

Una buena forma de celebrar la Festa es en el baile medieval, en el que el grupo de baile “Doñas sin caballeros”, compuesto de un total de 50 voluntarias muestran su arte que han estado preparando durante dos meses en la Plaza Mayor de Ribadavia y en el escenario del Auditorio do Castelo.